miércoles, 16 de mayo de 2012

Paris en dos dias (PARTE 3)


Nos despertamos la mañana de nuestro último día con verdadero agotamiento físico, y aunque nos habría encantado haber podido disfrutar de un par de horas más de sueño, reunimos fuerzas, nos vestimos y salimos a aprovechar nuestras últimas horas en Paris.
comenzamos nuestra ruta adentrandonos en el barrio de Montmartre. En mi opinión cualquier persona que planee un viaje a Paris tiene que hacer una parada obligatoria en Montmartre. Es el barrio bohemio por excelencia. Hacia mediados del siglo XIX, Montmartre se convirtió en el hogar de los artistas, escritores y poetas. Era el barrio de los cabaréts y los espectáculos, la meca del arte, muy popular pero con muy mala fama en la época de finales del siglo XIX y principios del XX.
Hoy en día sigue siendo un barrio emblemático, de hecho muchos directores han hecho de él el escenario de sus películas. Dos ejemplos: Amelie y Moulin Rouge.




Subimos hasta cima de Montmartre, a la que se puede acceder en funicular,  y nos encontramos con la fachada de la iglesia de frente. Una vez ahí no pudimos evitar darnos la vuelta para admirar una de las mejores vistas de Paris sin duda. La Torre Eiffel, el campo de Marte, el Arco del Triunfo, Nôtre Dame… Todos los edificios famosos de esta ciudad pueden verse desde allí. Procedimos a acceder al interior de la basílica (cuya entrada es totalmente gratuita) y quedamos completamente alucinadas, en particular con el gran mosaico de Cristo, la cripta abovedada, la cúpula ovoide y las puertas de bronce con sus relieves escultóricos. Antes de salir encendimos una vela con su donativo correspondiente y emprendimos de nuevo nuestra marcha.
Continuamos paseando por las calles de Montmartre, adoquinadas, con pequeños y encantadores balcones decorados con flores y respirando un ambiente que te trasladaba a un cuento de hadas.
Es un placer pasear por estas callecillas sinuosas y estrechas, me parece que contrasta totalmente con la otra cara de Paris, tan magestuosa, sobria y recta.
Descendimos un poco más hasta llegar al bulevar de Clichy , una calle muy famosa en Paris, bastante pintoresca, en la cual destacan los numerosos sexshop, restaurantes de comida rápida y tiendas de souvenirs. Estuvimos paseando por esta calle hasta encontrarnos con el famoso Moulin Rouge. Desde hace más de cien años, el Moulin Rouge es un lugar de visita obligada para muchos turistas, y de hecho, a día de hoy continúa ofreciendo gran variedad de espectáculos para todos aquellos que quieren evocar el ambiente bohemio de la Belle Epoque y que todavía está presente en el interior del local.
Tras esta última visita nos dirigimos a casa de mi prima para recoger nuestras maletas y poner rumbo al aeropuerto, pero decidimos que, aprovechando que nos venía más o menos de camino, haríamos antes una parada en los campos eliseos y el arco del triunfo.
El arco el triunfo es uno de los monumentos históricos más conocidos de París, que fue mandado construir por Napoleón Bonaparte tras su victoria en Austerlitz en 1805. Antes de conocer este monumento pensaba que no distaría mucho del arco de la Victoria en Madrid, pero el de Paris me resulto mucho más espectacular, lo cual no tiene demasiado sentido (ya que solo supera al de Madrid en 10 metros de altura). Cuenta con un  museo en su interior que explica la historia de la construcción del arco a sus visitantes, pero una vez más el tiempo se nos hecho encima y tuvimos que salir corriendo en busca de un taxi. Lástima no haber recordado en ese momento el detalle de que ningún taxi para si no es en una parada de taxis.... habríamos ahorrado bastante tiempo. Finalmente desistimos de la idea y fuimos al metro lo más rápido que nuestras maletas nos permitían, con  la esperanza de llegar a tiempo al autobús.
Gracias a dios, una vez hubimos llegado, sin aliento y al borde del infarto, pudimos ver nuestro autobús aparcado y esperándonos. Sacamos nuestros billetes (que ya habíamos comprado con anterioridad junto a los billetes de ida 15 euros) y subimos al autobús rumbo al aeropuerto. Y aquí finalizó nuestro viaje. Dejamos Paris muertas de pena pero sabiendo que muy muy pronto estaríamos de vuelta.

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