lunes, 21 de mayo de 2012

Apetito irlandés


Bien, una vez que hemos elegido nuestro próximo destino una duda nos asalta… ¿qué vamos a comer allí? ¿Me gustará esa comida? A continuación daré unas sencillas claves de la gastronomía irlandesa.

Irlanda, al ser un país mayoritariamente agrícola y pesquero predominan los alimentos básicos y orgánicos como la carne, el pescado, la mantequilla, las legumbres y las patatas.

Comencemos por el principio, el desayuno, que consta de rebanadas de pan cocinadas con soda y mantequilla, huevos fritos, salchichas asadas, tomates asados, black pudding y bacon frito. Todo ello acompañado de una taza de té.



Un plato originario de las zonas más rurales de Irlanda es el “Irish Stew”. El ingrediente principal es cordero u oveja (dependiendo del gusto del consumidor) en una cacerola con perejil y cebollas, todo ello cubierto de patatas.




Y para degustar uno de los mariscos de más calidad, prueba el Mussel Soup. Un plato de mejillones frescos en una crema de pescado, aderezado con hierbas y verduras. Cómelo con pan caliente.




Uno de los pescados estrella de la costa irlandesa es el salmón. Se sirve de manera simple para que se pueda apreciar todo su sabor. Imprescindible probarlo en tu visita a Irlanda.




Y si todos estos platos los acompañamos de la típica cerveza negra mejor que mejor. Es uno de los productos estrella de Irlanda, muy característica con su sabor agridulce y seco y un sutil olor a chocolate y caramelo. Según cuenta la leyenda, esta cerveza hace a las personas indomables e invencibles (razón de más para probarla, no?). Según la tradición, si la gente del lugar te invita a un pub tienes que saber que nunca debes pagar la primera ronda y que tienes que beber tantas veces como el irlandés beba, si no es posible que se ofenda. Por último, debes participar en el brindis colectivo diciendo sláinte, “salud” en español.



Y por último nada mejor que un buen café irlandés para acabar nuestra comida. También llamado gaelic café, se prepara de la siguiente manera: se calienta una copa larga y abombada, se echan dos cucharadas de azúcar morena, el contenido de una taza pequeña de café, y cuatro cucharadas de whisky. Todo esto se mezcla bien antes de añadir nata montada por encima.




¡Que aproveche!

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