Dos días para visitar una ciudad puede resultar
algo ridículo ya que apenas da tiempo a visitar los lugares mas simbólicos y
turísticos de la ciudad.
Sin embargo, enamorarse de esta ciudad no es
difícil por poco que veas y es por ello que expongo aquí algunos lugares que
uno no se puede perder sea el viajero que sea.
Invito en primer lugar a observar con
detenimiento todos y cada uno de los edificios que conforman la antigua ciudad
de Budapest.
Sus muros centenarios, hablan por si solos con apenas fijarse un poco; gran parte de los edificios de la ciudad
conservan aun su envergadura gracias a no se muy bien que, pero sin duda de manera
extraordinaria ya que en sus paredes observamos desde el propio paso del tiempo
hasta el mal trato que estas magnificas construcciones sufrieron en la segunda
guerra mundial; algunos sin tejados, parte con sus muros derruidos, ventanas
rotas, espacios interiores totalmente solitarios y heridas de balas allí donde
miras.
Estos edificios son una manera excepcional de recordar
lo que aquella guerra supuso y sin duda lo cruel que puede ser el paso del
tiempo si no se ayuda con su conservación.
El contraste entre estos edificios abandonados que imponen a cualquiera y la arquitectura nueva y cuidada de
edificios contiguos a estos, merece claramente nuestra atención.
Para
conocer realmente Budapest no sólo puedes limitarte a lo cultural ya que
una ciudad se debe conocer en todas sus facetas.
No muy lejos del hotel Eurostars y cerca de la Sinagoga
judía encontramos un bar de copas conocido por sus ciudadanos y algunos
turistas afortunados.
El
bar se llama Szimpla y se
encuentra en una pequeña calle de la ciudad rodeado de diferentes tipos de
restaurantes y bares.
¿ lo que realmente diferencia a este bar del
resto?. Nos encontramos ante un edificio de 3
pisos abandonado como muchos
otros en la ciudad, pero de alguna manera adoptado por los jóvenes de la
ciudad que han hecho del lugar algo realmente curioso. Lleno de graffitis, sofás
de casa, decoración variada, lámparas realmente curiosas y plantas colgantes allí
donde caben.
Resulta una experiencia realmente atractiva
para conocer otra perspectiva de la ciudad.
A la hora de comer, damos por hecho que hemos conocido la comida típica de la ciudad
con sus potajes, carne de cerdo y su páprika; por eso aquí recomendamos
un restaurante no tan famoso de la ciudad pero muy curioso y en el que
realmente se come a gusto.
Se trata de una cadena de restaurantes italiana en el barrio de Belváros-Lipótváros llamado Vapiano ,donde el precio
medio de comida es entre 10€ ,15€.
¿Qué lo hace especial? Es un restaurante que llama la
atención por su bonita decoración, amplia, con bonsáis en macetas grandes por
todo el restaurante y donde la comida es self-service.
La mesa la escoges tú e incluso puedes compartirla con
otros clientes.
Lo más curioso del restaurante es que únicamente te
sirven en mesa las bebidas y el resto lo tienes que pedir en la cocina; allí podrás
personalizar tu plato de la manera que quieras.
Tras unos minutos de espera, tu comida estará lista para
devorar.
No dejes de visitar este restaurante si tienes tiempo,
saldrás muy complacido.
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