sábado, 19 de mayo de 2012

Lo que no hay que dejar de hacer en Budapest




Dos días para visitar una ciudad puede resultar algo ridículo ya que apenas da tiempo a visitar los lugares mas simbólicos y turísticos de la ciudad.
Sin embargo, enamorarse de esta ciudad no es difícil por poco que veas y es por ello que expongo aquí algunos lugares que uno no se puede perder sea el viajero que sea.
Invito en primer lugar a observar con detenimiento todos y cada uno de los edificios que conforman la antigua ciudad de Budapest.
Sus muros centenarios, hablan por si solos con apenas fijarse un poco; gran parte de los edificios de la ciudad conservan aun su envergadura gracias a no se muy bien que, pero sin duda de manera extraordinaria ya que en sus paredes observamos desde el propio paso del tiempo hasta el mal trato que estas magnificas construcciones sufrieron en la segunda guerra mundial; algunos sin tejados, parte con sus muros derruidos, ventanas rotas, espacios interiores totalmente solitarios y heridas de balas allí donde miras.
Estos edificios son una manera excepcional de recordar lo que aquella guerra supuso y sin duda lo cruel que puede ser el paso del tiempo si no se ayuda con su conservación.
El contraste entre estos edificios abandonados que imponen a cualquiera y la arquitectura nueva y cuidada de edificios contiguos a estos, merece claramente nuestra atención.
 Para conocer realmente Budapest no sólo puedes limitarte a lo cultural ya que una ciudad se debe conocer en todas sus facetas.
No muy lejos del hotel Eurostars y cerca de la Sinagoga judía encontramos un bar de copas conocido por sus ciudadanos y algunos turistas afortunados.
 El bar se llama  Szimpla y se encuentra en una pequeña calle de la ciudad rodeado de diferentes tipos de restaurantes y bares.
¿ lo que realmente diferencia a este bar del resto?. Nos encontramos ante un edificio de 3 pisos  abandonado como muchos otros en la ciudad, pero de alguna manera adoptado por los jóvenes de la ciudad que han hecho del lugar algo realmente curioso. Lleno de graffitis, sofás de casa, decoración variada, lámparas realmente curiosas y plantas colgantes allí donde caben.
Resulta una experiencia realmente atractiva para conocer otra perspectiva de la ciudad.
A la hora de comer, damos por hecho que hemos conocido la comida típica de la ciudad con sus potajes, carne de cerdo y su páprika; por eso aquí recomendamos un restaurante no tan famoso de la ciudad pero muy curioso y en el que realmente se come a gusto.
Se trata de una cadena de restaurantes italiana en el barrio de Belváros-Lipótváros  llamado Vapiano ,donde el precio medio de comida es entre 10€ ,15€.
¿Qué lo hace especial? Es un restaurante que llama la atención por su bonita decoración, amplia, con bonsáis en macetas grandes por todo el restaurante y donde la comida es self-service.
Al entrar una joven te da una pequeña tarjeta donde tu comida se ira añadiendo a modo factura.
La mesa la escoges tú e incluso puedes compartirla con otros clientes.
Lo más curioso del restaurante es que únicamente te sirven en mesa las bebidas y el resto lo tienes que pedir en la cocina; allí podrás personalizar tu plato de la manera que quieras.
Tras unos minutos de espera, tu comida estará lista para devorar.
No dejes de visitar este restaurante si tienes tiempo, saldrás muy complacido.

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