París en dos dias (parte 1)

DESTINO: París.
DURACIÓN / FECHAS: 2 días de viaje, del 27/03/2012 al 29/03/2012.
VIAJEROS: Paula y Lola.
ITINERARIO / RUTA:

• DÍA 1:
  La Iglesia de la Trinidad, el boulevard La Fayette, la Opera Garnier, el Boulevard, des Capucines, la Catedral de la Madeleine, La plaza Vendôme, la rue de Rivoli, la plaza de la Concordia, Jardín de las Tullerías, Museo del Louvre, San Germán de Auxerre, Pont Neuf, Notre Dame, Sainte Chapelle, la Conciergerie, Saint Michel, Saint Julien le Pauvre, la Sorbona, Museo Cluny, Saint Étienne du Mont, Panteón, La Rue Mouffetard, Saint Medard, Jardín des Plantes, la Mezquita de Paris, jardines de Luxemburgo, Saint-Sulpice, Musee d´Orsay, Palais Bourbon, Los Inválidos, la torre Eiffel, los Campos de Marte, la Fuente de los Inocentes, el Forum les Halles, la fuente Stravinsky y el Centro George Pompidou
   
• DÍA 2: Boulevard de Clichy, Montmatre, Sacré Coeur, Moulin Rouge, Campos Eliseos, Arco del Triunfo.

ALOJAMIENTO:

• Rue de la boule rouge: Casa de mi prima María

PRESUPUESTO APROXIMADO: 300 euros las 2.

  

LLEGADA

En el avión

Aeropuerto de Beauvais (parada de autobus direccion Paris)

Salimos de casa rumbo al aeropuerto de barajas, Madrid, para coger nuestro vuelo con destino a Paris, concretamente al aeropuerto de Beauvais. El avión salió a la hora programada y llegamos cerca de las 15:00 a nuestro destino. Las compañías de bajo coste en Paris suelen volar siempre al aeropuerto de beauvais, situado a las afueras de la ciudad. Nosotras volabamos con Ryan Air, con lo cual nos vemos obligadas a coger un autobús para llegar al centro. Estos autobuses salen con bastante frecuencia, aunque quizás los 15 euros que cuesta el trayecto, sumado al precio del billete de avión y las molestias adicionales, como no poder facturar o  tener que hacer una hora y media de viaje en bus hasta el centro de Paris, hacen que la contratación de un vuelo de una compañía de bajo coste deje de resultarnos tan rentable como nos parecía a primera vista.

Una vez en Paris el autobús nos dejó en Porte Maillot. En ese momento nos vimos un poco desorientadas a la hora de encontrar el metro, lo cual nos dió la perfecta excusa para parar a preguntar a alguien y practicar un poco nuestro francés. Un señor, después de confundirnos con italianas,  nos propuso, con muchísima amabilidad, acompañarnos hasta la boca del metro.

Una vez dentro sacamos los billetes, y después de trazar nuestra ruta delante de un plano de metro, nos pusimos en marcha.

Por fin llegamos a Grand boulevards, nuestra parada. Ahí nos esperaba mi prima para guiarnos hasta su casa, situada en la rue de la Boule Rouge.

Tras una ducha rápida nos vestimos y nos preparamos para salir a cenar con unos amigos.

En este caso decidimos dejar el metro para otro día y nos fuimos a buscar un taxi.

Una peculiaridad que tienen los taxis en París es que por muchos que te cruces en verde y por muchas señales que les hagas para que paren, es muy muy raro que te recoja alguno si no es en una parada de taxi.

restaurante maison blanche.

Llegamos al restaurante Maison Blanche restaurant,  situado en el numero 15 de Avenue Montaigne, cerca de la plaza del alma. La cena fue realmente divertida, el servicio fue fantástico y la comida insuperable. Uno de nuestros amigos era amigo del dueño, que también cenó con nosotros, por lo tanto esta cena no nos costó nada, gracias a dios, porque al llegar al restaurante temí que después de pagar la cuenta no m quedara dinero para el resto del viaje jeje.

Tras la cena tomamos una copa en el restaurante para poner acto seguido rumbo a le Baron, una discoteca muy de moda a la que se puede ir andando desde esta restaurante.

le Baron

Poco más tarde decidimos movernos, esta vez en el coche de uno de nuestros amigos, y nos dirigimos a otro de los locales de moda en las noches parisinas, le Montana, al otro lado del Sena. De camino a montana no pudimos evitar hacer una breve parada delante de la torre Eiffel iluminada, algo digno de ver. Este local definitivamente nos encantó. El ambiente era buenísimo, más animado que en le Baron. 

Y rozando las 4 de la mañana (no olvidemos el detalle de que era martes) recordamos lo muchísimo que teníamos que madrugar al día siguiente. Cogimos un taxi y nos fuimos a casa

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