Stonehenge es sin duda el icono más grande de Gran Bretaña, símbolo de misterio, poder y resistencia, y rodeado de un aura de misticismo.
Es un monumento prehistórico formado por piedras enormes y de una ordenación asombrosa, colocadas formando un círculo. Nos miran y nos dicen: aquí seguimos.
Esta construcción data de 2500 años antes de Cristo y el círculo de arena que forma un foso y rodea a los megalitos es muy anterior, del 3100 años a.C.
Durante mucho tiempo se han realizado excavaciones para intentar explicar quién y por qué se realizó una obra tan majestuosa en una época tan lejana en el tiempo.
Las explicaciones sobre el origen de tan misterioso monumento son variopintas: hay quien cree que pudo ser un lugar sagrado para los antiguos britanos, otros afirman que es un observatorio astronómico primitivo y también se piensa que pudo ser un templo en honor al sol y sus ciclos. Si bien no podemos decir con certeza qué era, podemos decir que no fue construido para cualquier propósito casual. Sólo sabemos que debió ser algo muy importante para los antiguos, ya que requirió mucho esfuerzo y inversión en su construcción.
Uno de los más apasionantes regalos que nos hace la prehistoria es el famoso yacimiento de Stonehenge, ese conjunto de misteriosas rocas que ha hechizado no sólo a arqueólogos, sino a aficionados de todo tipo y al turismo en general.
Durante mucho tiempo se han realizado excavaciones para intentar explicar quién y por qué se realizó una obra tan majestuosa en una época tan lejana en el tiempo.
Las explicaciones sobre el origen de tan misterioso monumento son variopintas: hay quien cree que pudo ser un lugar sagrado para los antiguos britanos, otros afirman que es un observatorio astronómico primitivo y también se piensa que pudo ser un templo en honor al sol y sus ciclos. Si bien no podemos decir con certeza qué era, podemos decir que no fue construido para cualquier propósito casual. Sólo sabemos que debió ser algo muy importante para los antiguos, ya que requirió mucho esfuerzo y inversión en su construcción.
Uno de los más apasionantes regalos que nos hace la prehistoria es el famoso yacimiento de Stonehenge, ese conjunto de misteriosas rocas que ha hechizado no sólo a arqueólogos, sino a aficionados de todo tipo y al turismo en general.
El monumento está situado en el sureste, cerca de Salisbury, más o menos a dos horas de Londres en coche. También puedes ir en tren, que será incluso más rápido, y otra opción es un autobús especial que sale desde la estación de Salisbury en dirección a Stonehenge cada hora durante el día, entre 10h00 y 15h00.
Para visitarlo, puedes pagar los 10 euros de entrada, y acercarte un poco más a las piedras que si te quedaras fuera del recinto, pero fuera se ve bastante bien. Lo único que te pierdes al no pagar es un audio guía, y la posibilidad de caminar en puentecitos para no ensuciarte con lodo.
Una gran oferta de Tours ofrecen también una visita privada de los grandes monolitos, y suelen costar unos 30€ por persona. Los guías turísticos te explicarán la historia del antiguo lugar, mientras tienes tiempo para disfrutar de la tranquilidad y la sensación de asombro.
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